Una intensa paz recorre mi cuerpo, la melodía comienza, las luces se apagan. Sólo el sonido de nuestra respiración sobre el silencio aturdecedor. Los ojos cerrados, una sonrisa tranquilizadora. Un mundo nuevo está por comenzar.
Un movimiento lento. Sin palabras, el cuerpo habla. Una expresión de felicidad en cada paso, en cada caricia al alma. Sentirnos volar, sin nada que nos ate al suelo, nos dejamos llevar.
De repente, algo cambia. Los tambores suenan, la sangre se acelera. Una extraña pasión se acentúa, ya nada tiene final, cuerpo y alma no pueden parar, 1 2 3... y a Bailar.
Michiii acá me pasé por tu blog.
ResponderEliminarMuy linda la carta y este último texto.
Seguí subiendo cosas así leemos
Un abrazo grande
Ale =D